Se acerca...

Las distancias y las diferencias que alejan a los pueblos de todo el mundo son abolidas por un acontecimiento conocido por la humanidad entera: el carnaval. Hay datos de su realización en las comunidades más dispares, y los griegos no escapan a ella. El ambiente libre de opresión y la dimensión lúdica de la vida que se despliega durante el carnaval también son conocidos en varios lugares de Grecia.

Livadiá es otra de las ciudades en las que el carnaval es protagonista. Organizado anualmente por los “Amigos del Carnaval de Livadiá”, incluye comparsas, carrozas alegóricas y enmascarados que desfilan hacia la plaza central. Cada año se premia al mejor grupo, se realiza una presentación de escenas típicas, interpretación de canciones y parodias.

En Amfissa, las leyendas de fantasmas cobran vida durante los días de carnaval. La más significativa de ellas cuenta que Harmaina era un fantasma protector de los tabakides –curtidores–, a quien muchos juran haber visto circular por las noches en el barrio que actualmente lleva su nombre. Desde allí, durante los últimos días del carnaval, el fantasma baja por la corriente de Kolokytou seguido por una multitud de enmascarados.
En Galaxidi, una de las costumbres consiste en encender hogueras en las plazas, y disfrutar de la música, el baile, la comida, y, claro, toda la diversión. Se desata una “guerra” de harina, tradición que data de 1801, año en que los turcos dominaban la región. Desde entonces se mantiene el típico baile en círculos –uno para las mujeres, otro para los hombres– y las máscaras. En el pasado, las personas se pintaban la cara con carbón. Hoy, se utilizan el betún, el ocre y el azul marino.
Nadie se libra de la transformación.
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