Las distancias y las diferencias que alejan a los pueblos de todo el mundo son abolidas por un acontecimiento conocido por la humanidad entera: el carnaval. Hay datos de su realización en las comunidades más dispares, y los griegos no escapan a ella. El ambiente libre de opresión y la dimensión lúdica de la vida que se despliega durante el carnaval también son conocidos en varios lugares de Grecia.
Livadiá es otra de las ciudades en las que el carnaval es protagonista. Organizado anualmente por los “Amigos del Carnaval de Livadiá”, incluye comparsas, carrozas alegóricas y enmascarados que desfilan hacia la plaza central. Cada año se premia al mejor grupo, se realiza una presentación de escenas típicas, interpretación de canciones y parodias.
En Amfissa, las leyendas de fantasmas cobran vida durante los días de carnaval. La más significativa de ellas cuenta que Harmaina era un fantasma protector de los tabakides –curtidores–, a quien muchos juran haber visto circular por las noches en el barrio que actualmente lleva su nombre. Desde allí, durante los últimos días del carnaval, el fantasma baja por la corriente de Kolokytou seguido por una multitud de enmascarados.
En Galaxidi, una de las costumbres consiste en encender hogueras en las plazas, y disfrutar de la música, el baile, la comida, y, claro, toda la diversión. Se desata una “guerra” de harina, tradición que data de 1801, año en que los turcos dominaban la región. Desde entonces se mantiene el típico baile en círculos –uno para las mujeres, otro para los hombres– y las máscaras. En el pasado, las personas se pintaban la cara con carbón. Hoy, se utilizan el betún, el ocre y el azul marino.
Nadie se libra de la transformación.
La Nuit Blanche es uno de los acontecimientos culturales más destacados de París.
Su característica principal es el contacto que intenta restablecer entre arte y sociedad, y esta fuerte huella contemporánea es la que acompaña el desarrollo de todo el evento, que consigue mantener despierta a una multitud de personas de la ciudad, para disfrutar de una gran cantidad de sitios que permanecen abiertos al público hasta el amanecer.
Cines, museos, parques, monumentos históricos y hasta piscinas forman parte de las atracciones que París ofrece a sus habitantes durante una noche, cada mes de octubre.
En el año 2002, nacimiento de la primera Noche Blanca de la ciudad, la propuesta ya era clara: hacer accesible el arte a todos los ciudadanos, dar protagonismo al espacio urbano y establecer una relación de convivencia pacífica y fraterna entre todos aquellos que se sumaran para disfrutar de las bellezas y el patrimonio cultural de París.
Las playas es uno de los atributos que elevan el poder de atracción de una ciudad a la hora de elegir el destino de nuestras vacaciones. La París Plage está situada en pleno centro de la capital francesa.
La orilla del Sena es algo similar a una localidad costera con una gran extensión de arena que se convierte en una playa muy animada, tanto por el día como por la noche, con todo lo habitual en estos casos. Se propone a los visitantes franceses arena, tumbonas, conciertos, actividades culturales y para los niños, descanso, buen humor, palmeras, zonas de petanca y deportes como el volley-playa…
No es de las mejores playas del mundo, pero no está nada mal. Mejor una playa en la Ribera del Sena que nada. =)
“Positano impresiona profundamente. Es un lugar de sueño que no parece verdadero hasta que no estéis, pero del cual sentís con nostalgía toda la profunda realidad cuando lo habéis dejado”
Seguramente de historia por contar Positano tiene mucha, desde los tiempos de Omero, con esas tres islas donde el gran poeta hace vivir tres sirenas que encantaban a los marineros con sus melodías embrujadas.